martes, 4 de septiembre de 2012

Tomar en serio, LA VIDA.



Ayer desayunamos con la noticia de la muerte de Jorge Berra un joven estudiante, que viajaba en compañía de Jennifer Ruiz Díaz, una modelo y amiga; el auto en el que se trasladaban quedó totalmente deshecho, él venía de copiloto; falleció instantáneamente. La amiga, se encuentra estable en el sanatorio Metropolitano, en espera del escenario legal que será esclarecido una vez que se publiquen los resultados laboratoriales, que indicarán si la joven modelo, manejó el rodado en completo estado de ebriedad. De ser positivo el dictamen, esto podría derivar en una pena privativa de libertad para la mujer.

Un paramédico de Emergencias Médicas, en un momento dado había expresado lo siguiente: “Es impresionante la cantidad de jóvenes que mueren en accidentes automovilísticos, y todo por manejar borrachos, Paraguay se está quedando sin población joven”. Éste humilde empleado de la salud, ve a diario cómo se truncan jóvenes vidas en accidentes fatales. Desgraciadamente para estos sucesos ya no hay días ni horas fijos, simplemente ocurren, como algo normal y hasta esperado.

Es habitual que en reuniones sociales en general, esté presente el invitado de honor, ese infaltable personaje que precede a las desinhibiciones descomunales que no escatiman en género, raza o estatus social; si, ese mismo, ese alcohol que se viste de gala según la ocasión; mientras que en un cumpleaños es “cerveza” en una fiesta puede ser “tequila”, claro sin mencionar las miles de variedades que siguen en la lista.

¿Acaso está mal, tomar? La pregunta que se torna repetida entre los jóvenes, y la respuesta sigue siendo la misma, “todo exceso siempre es malo”.
Me gustaría que esa mayoría entendiera que nadie tiene la vida asegurada, que beber tan solo una latita de cerveza ya infiere en los reflejos al conducir un rodado. ¿Qué quiere decir esto? Que si uno tiene intención de beber, aunque sea “poco”, ya no debe manejar ni siquiera una bicicleta. Entonces, ¿qué hacer? Poner en uso la frase “Conductor Designado” (una persona responsable que se abstendrá de consumir alcohol en todo el tiempo que dure la salida). Eso es respetar tu vida, cuidar a tus acompañantes y honrar el derecho de vivir de otras personas.

¿A qué viene todo esto? A la alarmante cifra numérica que va en aumento, números que indican la cantidad de muertes en accidentes viales, y lo más preocupante… jóvenes… vidas jóvenes que terminan en un segundo; todo por no asumir con responsabilidad lo que en principio es una obligación… “cuidar la vida, aunque no sea la tuya”.

Basta de pensamientos infantiles e ingenuos como “A mí no me va a pasar”, claro que te puede pasar, a cualquiera le puede pasar. Tanto se reclama un cambio, una mejora a nivel país… pero en lo básico seguimos fallando, continuamos con la tonta creencia: “A mí, no me va a pasar”.

Nuestra Obligación es crear un país mejor, no con palabras sino con hechos. Es Responsabilidad de todos asumir dicha obligación como un compromiso moral, es tiempo de dejar la costumbre de beber irresponsablemente y empezar a “Tomar La Vida En Serio“. Ya lo había dicho el escritor portugués José Saramago (1922-2010): “Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos. Sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizá no merezcamos existir.”