miércoles, 30 de enero de 2013

Ignorancia disfrazada de Machismo



El deporte en todas sus categorías y estilos siempre ha sido motivo de orgullo, pena, tristeza o alegría.

No me agrada pensar en el deporte como un generador de pasión, ya que dicha emoción va muy ligada al fanatismo… y ésta por ende a la ligereza de ánimo con tendencia segura a la violencia.

Hoy específicamente me gustaría hablar del deporte rey, si ese mismo, el Fútbol.

Es sabido que el Fútbol en sus inicios fue un deporte privilegiado solo para los hombres, y aclaremos, “en sus inicios”, allá por el siglo III Ac. se practicaban actividades deportivas que denotaban modismos de lo que hoy conocemos como balompié.

El fútbol femenino tiene sus orígenes ya en la Dinastía Han sin contar con el hecho que en el siglo XII las mujeres practicaban este deporte especialmente en los países de Francia y Escocia.

Históricamente hablando, en la Primera Guerra Mundial sucedió lo que hoy se conoce como el “motivo y fuerza de la inserción de las mujeres en el Fútbol”, en esa época los hombres iban al campo de batalla mientras las mujeres tomaban el mando del hogar y del trabajo. En las fábricas (lugar común de desempeño laboral de la época) se formaron equipos de fútbol femenino y desde entonces las mujeres han estado procurando su lugar en el fútbol, el cual se legalizó en 1971 gracias a la UEFA quien a través de su importante figura en el medio deportivo instó a los clubes la fomentación del fútbol femenino. Y la lucha sigue hasta el día de hoy…

Si bien el Fútbol Femenino ya tiene su espacio ganado y sus magníficas figuras como exponentes de buen desempeño futbolístico a nivel mundial, la lucha persiste en el “Periodismo Deportivo”. El periodismo en el rubro deportivo fue siempre el lugar dominado por los hombres en distintos países, pero, específicamente en Paraguay esto ha sido una verdad implacable hasta que una mujer con agallas dijo: También puedo; la conocemos todos, nuestra Soledad Franco, la matriarca del periodismo deportivo en Paraguay; valientemente rompió con las barreras del rubro tutorado solo por hombres y desde entonces otras valerosas féminas han dado el siguiente paso.

La lucha persiste, repito, ya que en toda la vorágine de la tecnología y las redes sociales se expresan libre y a veces irresponsablemente las ideas, opiniones y pensamientos recónditos en cada ser humano.

En la famosa red social Twitter hay una cuenta denominada @AlbirrojaPrensa manejada por una mujer que gusta y ama el fútbol, y en la noche de ayer por ejemplo la misma al momento de escribir sus tweets cometió algunos errores, lo que se utilizó como motivo para agredirla y ser objeto de burla de algunos “colegas” sin contar con los muchos “fanáticos” del fútbol (todos hombres). Una cosa es corregir y hacer ver el error a la compañera y otra muy distinta aprovecharse de eso para fastidiar, insultar y burlarse. He sido testigo de los errores de muchos colegas “hombres” y sin embargo no se generan burlas ni reproches de la magnitud vivida por la colega Fabiana S.

Es cierto, ya son pocos, mas siguen manifestándose a causa de nimiedades, ellos los grandes machistas temerosos de ser relegados por el que ellos consideran es el sexo débil, este tipo de personajes se descubren solos ante la necesidad de mostrarse “fuertes, seguros y sabios” en el rubro.

Mi total apoyo a la colega Fabiana, y de corazón gracias a los periodistas deportivos con quienes tuve el privilegio de intercambiar opiniones con el mayor de los respetos, ellos son muchos y son más que aquellos (contados con los dedos de la mano) que siguen con ese absurdo machismo minado de ignorancia y temor.

Como mencioné al principio de la nota, la pasión es una emoción que invariablemente va ligada al fanatismo, y ese apasionamiento desenfrenado genera que el fanático se comporte en ocasiones de manera violenta e irracional. En conclusión, no se puede razonar con un ferviente y apasionado fanático del fútbol.

Pueden estar o no de acuerdo con lo que he escrito, entenderé los comentarios a favor y en contra. No podía dejar pasar esto, es tiempo de dejar en claro las cuentas y reconocer que el deporte, específicamente el Fútbol,  tiene lugar para todos, hombres y mujeres. No permitamos que unos cuantos hagan del periodismo deportivo una cuestión de género.

 Así como he sido paciente con muchos machistas "disfrazados de hinchas”, espero que ustedes lectores lo sean con una mujer que busca su espacio para hacer lo que ama, “Periodismo Deportivo”.